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25 de octubre de 2014

París, 25 de octubre de 2014



Queridos amigos:



Siempre nos habéis manifestado un gran interés. Gracias a vosotros, desde hace 50 años, año tras año, el Théâtre du Soleil ha logrado superar las dificultades financieras que iba encontrando en su camino. Pero superar no significa resolver. El problema existe, sigue existiendo y, visto el contexto actual, el peligro va en aumento.

Se nos presentan tres soluciones:

1. Aumentar considerablemente el precio de las entradas, es decir, hacer que nuestro Teatro se vuelva difícilmente abordable para la mayoría, lo que significa renunciar a hacer lo que pensamos que es nuestro deber.
2. Reducir nuestras ambiciones artísticas, es decir, menos ensayos, menos actores, menos investigación, en resumen, renunciar a nosotros mismos.
3. Despedir a unos cuantos de nosotros, es decir, renunciar a ser una troupe y, en un plazo más o menos largo, acabar desapareciendo.
4. Entonces, ¿cómo podemos seguir adelante? ¿Cómo no abandonar nuestras convicciones? ¿Y cómo no morir? ¿Cómo lograr que este espectáculo no sea el último?
Y aquí es donde el público entra en escena porque, a fin de cuentas, el único mecenas legítimo y terrible, porque tiene el mérito, es él, eres tú. Por todo ello, proponemos a los que quieran, a los que puedan, comprar las entradas a un precio más alto, es decir, comprar lo que llamaremos las entradas-mecenas, cuyos precios son de 50 €, 100 € o 150 € en lugar de 29 €. Que cada uno haga lo que sus medios le permitan.

Como contrapartida, no prometemos ni identificaciones especiales, ni fiestas de gala, ni pequeños regalos, ni pequeños privilegios. Nada sino ser los espectadores solidarios de un teatro libre y que no quiere renunciar a nada.

Tanto si puedes como si no puedes ser mecenas, siempre estamos muy contentos de volver a verte.

Hasta pronto,

Ariane Mnouchkine

P.S.: Esta carta es la réplica exacta de la que escribíamos hace 27 años, en 1987. Hemos resistido desde entonces. Y resistiremos, con vosotros.


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